domingo, 3 de enero de 2010

La niña de bien

Si pudiese liberarme de toda esta maquinaria autista y protectora que mi mente digna a seguir como la constitución del 84 (año en el que nací, y en el que comenzó a forjarse esta complicada ruma de reglas) .Una constitución basada en valores transferidos que en el fondo no tienen ningún sentido para mí. Que son los míseros valores? Acaso es lo que dicta la iglesia católica, eso de los diez mandamientos? Casarse , tener hijos y además un perro. Que mentirosos somos todos al no dejar entrever nuestras almas deseosas de placer. Por ahí leí que cuando uno no se satisface sexualmente mitiga esos impulsos con la espiritualidad. Algo llamado asi como sublimación. Es un mecanismo de defensa. Cuando no puedo hacer algo porque mis valores no me lo permiten, busco símbolos para justificarlo. Busco en la espiritualidad una justificación. Que estupidez!.Para que defenderse de uno mismo. Es mejor aceptarse, pero como puedo aceptar algo que yo no me permito?. Dejando afuera los absurdos quehaceres por ser una mujer de bien. Una niña de bien. Que adjetivo mas imbécil. La niña de bien. Que tiene que tener una niña de bien para ser de bien?. No dejarse penetrar, aunque le hayan lamido hasta el útero? En el fondo eso engaña a la mente diciéndole que igual siguió sus valores de no dejarse en la primera noche, sin embargo hizo de todo lo inimaginable. O de todo lo que el inconsciente le dictó en ese momento, pero poniendo la barrera consciente de no faltar a la ley. No parece un poco contradictorio? Mi madre me dijo, “ay que bueno que te vas al campo donde no tomas, no fumas y no tienes sexo” y luego rió como si no tuviese importancia. A lo que yo le respondí con una calma rabiosa y los ojos en llamas, “acaso tiene eso algo de malo?” (no se lo esperó de una niña de bien como yo). Sorprendida, me respondió que no. Y hubo un silencio tenso, que ni la radio Agricultura pudo romper.

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