domingo, 20 de junio de 2010

Sabado por la noche

Un sueño tremendo me inunda y mis ojos comienzan a hacerse cada vez mas pesados con el viento calido del calefactor de ambientes. No tengo mucho que decir. No me atrevo a hacer muchas cosas y pienso que decidí dos cosas; la primera es arrendar esa pieza en el barrio Brasil y la segunda se acaba de perder entre mis neuronas enlentecidas por la cerveza y el estado somnoliento de mi cabeza. San Martin, yo estoy donde siempre he estado, nada ha cambiado mucho desde Mayo cuando volví a vivir a Santiago y extraño mucho mi libertad, por lo que necesito escapar de ésta jaula de monos hipnotizados y volver a decidir. Me cargó el baño de la casa eso sí, pero lamentablemente no puedo pedir demasiados lujos por setenta lucas mensuales. Al parecer soy un poco siutica con los baños. En todo caso, mi culo siempre se ha sentado en ceramicas italianas, por lo que ahora cambiar a esa tipica tapa de plastico verde me va a costar un poco, pero no será imposible. Además me parece muy bueno ver la realidad de otros lugares diferentes a los mismos de siempre.

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